sábado, 26 de abril de 2008

Vulnerables

Creía entender lo que significaba... Pero, como Dios a través de Su Palabra se lo enseñó a hombres y mujeres 100% reales, de carne y huesos, nos permitió a mi esposa y a mi darnos cuenta que no tan sólo necesitábamos entender lo que significaba, sino que necesitábamos experimentarlo.

No fue fácil, fue un momento en el que todo se tornó en una densa oscuridad y sensación de haber perdido el punto de apoyo; fue como un bisturí que había comenzado su labor de cortar y a pesar de la fea sensación y deseo de detener sus cortes, no daba indicios de querer dar marcha atrás sino de continuar cortando, revelando capa tras capa, hasta que la palabra vulnerable dejó de ser teoría para convertirse en realidad.


Ante el dolor del ser que más amo después de Dios, no me importó en lo más mínimo el mostrarme vulnerable, me di cuenta que era necesario pedir ayuda ante la impotencia que estábamos viviendo y mostrar una área de nuestra vida, que con escasa frecuencia y ante escasas personas, lo habíamos hecho antes. Pero estoy convencido que las personas que acudieron a nuestra petición de ayuda, fueron las correctas y fueron enviadas por Dios.

Todo esto me llevó a reflexionar profundamente en esta experiencia y darme cuenta que tenemos la tendencia a aparentar fortaleza en nuestra debilidad y seguridad en nuestra vulnerabilidad. Tenemos miedo mostrar esas áreas de nuestra vida por preferir cuidar la imagen distorsionada que llevamos desde la caída del ser humano, olvidando que la imagen que Dios está formando en nosotros es la Suya; y que, para lograr esto, después de haber recibido a Jesucristo como Señor y Salvador, es necesario pasar por el valle del quebranto, por la arena de la vulnerabilidad.

Las máscaras y la apariencia son terribles estorbos a lo que Dios quiere hacer en nuestra vida.

¿Cúal es el resultado de haber pasado por este valle y haber luchado en esta arena?

Déjenme describirlo de esta manera...

Primeramente es un leve y apacible suspiro que en lo profundo de nuestro ser nos recuerda la herida que ha cicatrizado; no es un dolor para mantenernos paralizados o prisioneros de la culpa, es una sensación que nos recuerda la intervención de la mano del cirujano divino, Cristo Jesús, la obra del Espíritu Santo y el amor de Dios Padre, que practicó una operación a corazón abierto para demostrarnos los beneficios de bajar la guardia y mostrarnos la realidad de lo que somos, indefensas criaturas vulnerables y con una enorme necesidad de Él así como de nuestros padres, hermanos, amigos...

Tal vez, para aquellos que me dan el honor de acudir de vez en cuando a este espacio, no logren entender de lo que estoy hablando, y no es mi propósito explicarlo... Es algo parecido a una pintura impresionista, que su propósito no es el darnos una representación realista de las cosas, sino el dejar que los colores y formas nos dejen una impresión...

Además de este leve suspiro, lo acompaña humildad, paz, confianza y seguridad que no importando lo que pasó y el haber sido expuestos, Dios siempre sabe lo que hace...

Y por último, una cercanía mucho más estrecha y verdadera con Dios y con mi esposa, a la cual le agradezco enormemente que me haya permitido tomar su mano para pasar juntos por el valle de sombra de muerte...

Te amo Zarella con un amor más real y maduro...

Te amo mi Señor Jesucristo, con un amor más genuino y vulnerable, te doy gracias por habernos puesto el ejemplo:

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Isaías 53:7

Ayúdame a cerrar más mi boca y abrir más el corazón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

simplemente excelente!
Diso bendiga Comunidad Viva!

Anónimo dijo...

simplemente excelente!
Dios bendiga Comunidad Viva!