miércoles, 26 de diciembre de 2007

Christ-mas

Una navidad más y el mundo parece volverse cada vez más insensible ante la realidad del nacimiento de Cristo.

Los medios favorecen más las celebridades y noticias escandalosas, que la verdad histórica del pesebre.

Aun los que parecen estar sensibles al verdadero significado de la navidad y adornan sus casas con hermosos nacimientos, se olvidan que la representación tan tierna de la natividad no se acerca en lo más mínimo a la realidad. Vemos a las figuritas de José y María tan bonitas, con sus ropas coloridas, limpias y sin arrugas; vemos a los animales tan graciosos que se nos olvidan lo mal que huelen; vemos el pesebre tan acogedor que no pensamos que en la realidad es un lugar con saliva de animal endurecida y restos de alimento descompuesto. Y por último vemos a la criatura regordeta y sana arropada con un suave y limpio pañal que no podemos creer que en realidad el bebé Jesús fue envuelto en un "spargano" (garra hecha de un harapo) en una noche oscura y fría.

Pero a pesar de vivir en un tiempo en donde los programas de televisión denominados "reality shows" son tan populares, el dar a conocer la realidad del nacimiento de Jesús tal y como sucedió en medio de dolor y pobreza parece no vender muy bien en los centros comerciales y demás lugares de consumismo.

Lo cierto es que la realidad del nacimiento de Jesucristo está llena de significado, porque de la misma manera que este mundo lo recibió en una condición tan deplorable y por padres a una pareja en extrema pobreza, es la misma forma en la que Él sigue llegando el día de hoy a los lugares más oscuros y tristes de la condición humana para llenarlos con Su Luz admirable.

El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz... Isaías 9:2

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