Desde el inicio de Comunidad Viva estaba muy conciente de una enseñanza que nos da la Palabra de Dios, y se encuentra en el evangelio de Lucas capitulo 14, versículo del 28 al 35.
Voy a tomar nada mas la primera parte de este pasaje: “Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla?”
Este principio Bíblico lo comenzamos aplicar en nuestras reuniones de trabajo, y dentro de nuestra planificación teníamos una agenda de trabajo que se iba desenvolviendo bien. Aunado a esto era muy evidente que los relojes que llevábamos estaban sincronizados con el tiempo de Dios (kayros), así como la voz que buscábamos escuchar era la voz de Dios. Otro ingrediente que era característico de esas primeras reuniones era que dominaba el Fruto del Espíritu en el trato entre los integrantes.
Sin embargo, algo pasó... Se comenzó a querer imponer más la voz del hombre que la de Dios; la planificación comenzó a tener problemas, el reloj se desfasó al tiempo humano (cronos) y quisimos apresurar las cosas; el fruto que comenzó a dominar nuestras reuniones de trabajo ya no era el del Espíritu sino el de la carne... Y todo esto pasó enfrente de mis narices y yo mismo lo permití... Sabia que algo andaba mal, pero lo permití... Para cuando lo quise detener ya era muy tarde...
Pero a pesar de todo esto, estoy muy agradecido que Dios nos permita ver su SONRISA que nos dice: TODO ESTA BIEN... Él tiene todo en control.
Habiendo secado nuestras lágrimas de arrepentimiento, habiendo pedido perdón... Y seguros del perdón que Dios nos otorga, hemos regresado y retomado la visión original de la cual nació Comunidad Viva.
Hemos reanudado las reuniones de trabajo y el ambiente que se respira es de paz, armonía, amor, paciencia, gozo, mansedumbre, bondad, benignidad, fe, perdón y templanza... Hay mucho trabajo por delante pero es muy hermoso y edificante ver un rostro sonreír...
Voy a tomar nada mas la primera parte de este pasaje: “Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla?”
Este principio Bíblico lo comenzamos aplicar en nuestras reuniones de trabajo, y dentro de nuestra planificación teníamos una agenda de trabajo que se iba desenvolviendo bien. Aunado a esto era muy evidente que los relojes que llevábamos estaban sincronizados con el tiempo de Dios (kayros), así como la voz que buscábamos escuchar era la voz de Dios. Otro ingrediente que era característico de esas primeras reuniones era que dominaba el Fruto del Espíritu en el trato entre los integrantes.
Sin embargo, algo pasó... Se comenzó a querer imponer más la voz del hombre que la de Dios; la planificación comenzó a tener problemas, el reloj se desfasó al tiempo humano (cronos) y quisimos apresurar las cosas; el fruto que comenzó a dominar nuestras reuniones de trabajo ya no era el del Espíritu sino el de la carne... Y todo esto pasó enfrente de mis narices y yo mismo lo permití... Sabia que algo andaba mal, pero lo permití... Para cuando lo quise detener ya era muy tarde...
Pero a pesar de todo esto, estoy muy agradecido que Dios nos permita ver su SONRISA que nos dice: TODO ESTA BIEN... Él tiene todo en control.
Habiendo secado nuestras lágrimas de arrepentimiento, habiendo pedido perdón... Y seguros del perdón que Dios nos otorga, hemos regresado y retomado la visión original de la cual nació Comunidad Viva.
Hemos reanudado las reuniones de trabajo y el ambiente que se respira es de paz, armonía, amor, paciencia, gozo, mansedumbre, bondad, benignidad, fe, perdón y templanza... Hay mucho trabajo por delante pero es muy hermoso y edificante ver un rostro sonreír...
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