domingo, 21 de octubre de 2007

Guarda Silencio...

Fue una semana que sólo una palabra trillada la puede expresar: "extraordinaria". Y digo trillada porque hemos perdido la profundidad de su significado. Somos personas ordinarias que gracias a que Dios decidió poner sus ojos en nosotros y hacernos un llamado especial, nos ha dado la capacidad de vivir una vida extraordinaria.

Se nos escapa muchas veces esta verdad porque lo ordinario de nuestra vida tiene mayor peso en nuestra percepción de la vida.

Tuvimos un encuentro muy agradable que Dios nos permitió disfrutar:


Se llevó a cabo en un rinconcito verde, dos cómodas bancas y tres esculturas de tortugas, ¡extraño!... Pero lo más extraño es que esta reunión fue con mi familia. Mi padre decidió reunirnos después de compatir los alimentos y tomando el centro del jardín, al lado de una de las esculturas de tortuga, nos dirigió como el sacerdote de esta familia, que por Gracia de Dios nos ha llamado a servirle. Era muy edificante oirlo hablar con determinación y ver a sus nietos (mis amados sobrinos) poner un oido a las palabras de su abuelo y el otro a sus juegos y diversiones trepados en las esculturas.

Ciertamente fue una semana "extraordinaria". Sólo me queda guardar silencio y esperar Su guía y dirección... Me pregunto en humildad, Señor, ¿qué seguirá?

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