domingo, 8 de noviembre de 2009

Matías el apóstol del dedazo

La historia que nos interesa de Matías, comienza a tramarse después que Jesús ha resucitado y se encuentra a punto de partir al Padre, habiendo dejado ordenes especificas a los apóstoles y discípulos.

¿Cuáles eran estas ordenes?
(Leer Hechos 1:4-5)

1.- No se vayan de Jerusalén
2.- Esperen la promesa


¿Qué entendemos por esperar?

Implica el echo de no hacer o tomar alguna iniciativa personal fuera de la ordenanza que se nos ha dado.

Qué mejor manera de esperar que obedeciendo, en unidad, orando y estudiando la Palabra.

Al parecer, obedecieron: Se quedaron en Jerusalén y estaban esperando en unidad, en oración y en estudio de la Palabra.

Todo iba bien hasta que Pedro, en su meditación y estudio de la Palabra llegó al Salmo 69:25 "Sea su palacio asolado; En sus tiendas no haya morador."

Algo le decía a Pedro que tenía que empezar a moverse.

Pedro regresa a su meditación y estudio cuando ahora lee el Salmo 109:8 "Sean sus días pocos; Tome otro su oficio."


¿Qué pasó?
(Leer Hechos 1:15-20
)

Pedro
dejó de esperar y comenzó a actuar. ¿Movido por quién? POR SU PROPIA INICIATIVA.


Podemos actuar pensando que es Dios quien nos mueve, cuando es en verdad nuestros propios deseos que nos están impulsando.
Hay personas que seguido argumentan ¡Dios me dijo! Pero no es otra cosa que su impaciencia o el satisfacer sus propios intereses lo que los lleva actuar.

¿Cuál es el resultado de actuar así?

Pedro
trajo distracción a los demás que estaban esperando, y junto con ellos invocaron a Dios, pero en realidad dejaron que fuera la fortuna la que determinara la respuesta a tan importante propuesta: ¿Quién debía de ser el 12 apóstol?


Pedro
convenció a los demás que era Dios quien respaldaba lo que se inició, no en el corazón de Dios, sino en la mente de Pedro. (Leer Hechos 1:23-24)

La suerte cayó sobre Matías que fue contado con los once Apóstoles.


Pregunta: ¿Esta era la voluntad de Dios? NO.


Pedro
lo hace ver así. Pero Dios tenía otro plan, por lo que de Matías no se sabe mucho.


Ahora, ¿quién fue Matías? La Biblia no lo aclara con detalle, pero podemos establecer 3 puntos para responder a esta pregunta:


1.- Debió de haber sido un hombre piadoso y que estuvo con Jesús desde el bautismo hasta la ascensión de Jesús. (Leer Hechos 1: 21-22
)
Esta disposición de Matías de seguir a Jesús desde los inicios, nos puede ayudar a comprender la influencia que debió de haber ejercido Jesús, sobre la vida de este discípulo.

2.- El simple hecho de que Pedro haya sugerido a estos dos hombres: A José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías, nos dice algo sobre el testimonio que debieron de tener estos dos hombres ante los demás.

3.- La intensión era que Matías substituyera a Judas, por lo que su vida era una comparación entre la luz y las tinieblas.

Pero no lo llamó Jesús para ser contado entre los 12 apóstoles. Matías fue un buen discípulo, un hombre piadoso, pero Jesús tenía otro plan.

La tradición dice más por ficción que por informes fidedignos, que Matías se quedó a ministrar a los Judíos en Jerusalén donde fue apedreado y decapitado.

De Matías aprendemos, que a pesar de ser un buen hombre, y discípulo de Jesús, fue una persona señalada por el hombre y no por Dios.

Pero como ya lo estudiamos con Judas Iscariote, nada puede truncar los planes y propósitos de Dios.
Jesús ya había señalado quién sería el 12 apóstol...