jueves, 24 de enero de 2008

No hay palabras...

No hay palabras para expresar todo lo que Dios nos permitió ver a través de este tiempo de ayuno y oración que pasamos mi esposa Zarella y yo.

Es una experiencia que va mucho más allá de emociones y pensamientos... Nace de un lugar que hemos descuidado mucho, aun creyendo que nos ocupábamos de él (nuestro espíritu); la realidad que Dios nos ha permitido ser sensibles a percibir que lo habíamos abandonado bajo la bandera de estar involucrados con Él y Su iglesia.

Hay lágrimas... Conocer la verdad nos incomoda, pero nos hace libres.

En un principio se nos hacia difícil poder aguantar un rigor como el que se nos retaba alcanzar. La falta de práctica, los reclamos de la carne y la comodidad se hicieron sentir inmediatamente, pero GRACIAS A QUE ÉL ESTABA CON NOSOTROS, nos dimos cuenta que si era posible y el ruido se disipó y entonces: ¡maravilloso! comenzamos a oír SU VOZ como nunca antes lo habíamos podido hacer.

No hay palabras, sólo comunión. Una comunión más cercana e intima con Él, la cual persistiremos en mantener y profundizar con más tiempos como los que pasamos...

domingo, 20 de enero de 2008

Una Iglesia Simple


Su nombre dice mucho sobre este libro: SIMPLE. Vivimos en un tiempo en donde se valora y aprecia más lo complejo y sobre saturado que lo sencillo y simple. Miles de imágenes, sonidos e información, bombardean la vida de la persona ordinaria de tal manera que ya no es algo exclusivo de las grandes urbes, sino que esta vida acelerada ha llegado a las provincias.

La iglesia, no se ha escapado de esta forma de vida y algunas tienden más hacia apreciar lo complejo que lo simple y esto se ve reflejado en sus programas, creen que más es mejor.

Este libro nos enseña lo contrario y nos lleva a recuperar el valor a lo simple. El mismo Evangelio de Cristo nos enseña que en lugar de ser un mensaje complejo, como los que saturan los medios el día de hoy, SU MENSAJE sigue siendo simple y sencillo, directo al corazón y a la verdadera necesidad del ser humano: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Juan 3:16

lunes, 14 de enero de 2008

Ayuno: Un Buen Comienzo


Tiempo de renovación... Hay una práctica generalizada en la que el comienzo del nuevo año se hace con una serie de resoluciones por cumplir; sin embargo, la Palabra de Dios nos enseña que toda nueva labor empieza con un tiempo de descanso y reflexión.

Adán y Eva, habiendo recibido la orden de cuidar y guardar el jardín, en su primer día de existencia en lugar de trabajar, descansaron por mandamiento de Dios.

Moisés, pasó cuarenta años pastoreando ovejas antes de recibir la encomienda de sacar al pueblo escogido por Dios de Egipto.

Elías, el profeta, antes de ir a cumplir la gran labor de enfrentar al sistema político y religioso corrupto de Israel, es llevado a reposar a las orillas del arroyo de Querit alimentado, no por su esfuerzo, sino por Dios. (1 Reyes 17:2-4)

Jesucristo
fue al desierto y pasó 40 días ayunando antes de predicar: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado." (Mateo 4:17)

Pablo, el apóstol, después de su conversión a Cristo fue llevado por Dios a un retiro y descanso espiritual al desierto de Arabia, en dónde se dice que estuvo por varios años antes de comenzar su ministerio. (Gálatas 1:15-17)

Estos y más ejemplos que podemos encontrar en la Palabra de Dios, no enseñan que los comienzos para Dios no son de gran actividad y planificación, sino de reposo, reflexión y ayuno; y todo esto con el principal objetivo de acerarnos más a Dios, de pasar tiempos preciosos y necesarios en los que le damos toda nuestra atención a Él. El reloj no nos presiona, el alimento físico no nos estorba y podemos leer su Palabra y orar de formas que sólo a través de estos tiempos podemos experimentar.

Al mundo de hoy le gusta correr. La iglesia de hoy está cada momento tentada a caer en este patrón de ajetreo y actividad creyendo que es la forma de ministrar a Dios. Algunas iglesias han caído en el engaño y les cuesta mucho trabajo cumplir los que nos dice Salmos 46:10 "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios..." Los líderes de estás congregaciones creen que el esperar es perder el tiempo cuando la condición del mundo de hoy les demanda trabajar sin cesar, olvidando que la orden no era a trabajar sino a orar sin cesar.

El control y el poder no es nuestro, es de Dios. Dice la Palabra que por mucho que nos esforcemos no podemos añadir un codo a nuestra estatura (Reina Valera) o una hora a nuestra vida (Nueva Versión Internacional) (Lucas 12:25) Es por esto que es necesario pasar tiempo, tiempo y repito tiempo: CON DIOS.

TODO ES POR Y PARA ÉL: JESUCRISTO SEÑOR.

Padre, Cristo, Espíritu Santo, nuestro Dios
, recibe este tiempo de ayuno y oración que te entregamos, reconociendo que es de suma importancia para la labor que nos has encomendado. Reconocemos que es en Tus Fuerza y jamás en las nuestras. Es por Tus Méritos y no por los nuestros. Por eso, lo único que deseamos es caer a tus píes y como María, hermana de Marta, y pasar un tiempo hermoso en sola presencia para escuchar tus palabras: "Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada." (Lucas 10:41-42)

Ayuno: Un Buen Comienzo...